¿No os pasa que muchas veces queremos hacer una buena redacción, pero tenemos tantas cosas que decir que no sabemos ni por dónde empezar?
Hoy os damos algunos consejos para que os resulte todo mucho más fácil, los hemos dividido en dos partes; estructura y estilo.
La estructura de nuestra redacción
Piensa primero. Es importante centrarnos en el tema que vamos a desarrollar y pensar qué queremos decir. Lo mejor es tener a mano un boli y papel para que no se nos escape ninguna idea. A esto se le puede llamar Brainstorming (se utiliza en muchas empresas para comenzar los proyectos) o también ¡lluvia de ideas!
Haz un esquema. Una vez que ya tienes las ideas, lo mejor es imaginarse las partes de la redacción. Si vamos a comenzar, por ejemplo, hablando de la situación en el pasado de un tema, después de la actualidad y lo que se prevé para el futuro, que iría al final. O, si nos exigen para el trabajo una estructura específica (con introducción, desarrollo y conclusión).
Ordena las ideas. Basándonos en el esquema, debemos ordenar las ideas en cada uno de los apartados. Ten en cuenta su importancia y no te olvides que deben ser coherentes.
El estilo de nuestra redacción
Ya hemos ordenado nuestras ideas y es momento de ponernos a redactar. Ten en cuenta estos detalles para que tu texto no contenga errores:
No escribas como hablas. Es importante adaptar y redactar nuestras ideas de la mejor manera posible y evitando expresiones o coletillas que solemos utilizar en el lenguaje oral.
Para ello, utiliza la puntuación. Las comas, dos puntos, los puntos, etc. están para utilizarlos, además, te recomendamos que utilices frases que no sean muy largas. Si tienes alguna duda de cómo colocar comas, lo mejor es informarte primero.
No utilices palabras recargadas. Aunque pueda sonar muy culto, no debes añadir términos que no conocías previamente ya que, además, seguramente contrastarán con el resto de redacción.
Más extenso no quiere decir mejor. No rellenes por rellenar. Muchas veces podemos pensar que si escribimos mucho va a estar mejor ¡incorrecto! como se suele decir: «el perfume en frasco pequeño».
Revisa la ortografía y la gramática. No hay nada peor para el lector que encontrarse faltas de ortografía ¡revísalas con lupa!
Y dos cosas muy importantes que no se pueden pasar por alto:
Cita, cita y cita. En muchas redacciones no tendrás que hacerlo, pero sí en muchos trabajos. Se considera una falta muy grave no citar cuando estamos hablando con las palabras que otra persona ya ha escrito. ¿Conoces el modo «oficial» de citar? Aquí te dejamos el enlace para que lo tengas a mano y puedas ver todos los detalles: cómo citar referencias y bibliografía.
Revisa y lee varias veces. Te recomendamos que revises el texto varias veces. Si no lo tienes que entregar en el momento, lo mejor es dejarlo una vez hecho y leerlo al día siguiente o a los días (así veremos mejor en qué se puede mejorar). También podemos pedir opinión a alguien cercano si se trata de algo importante.
Con esto ya podéis hacer una buena redacción, así que ¡papel, boli y a comenzar!